El peso mexicano amaneció este martes 6 de mayo con una nueva depreciación frente al dólar estadounidense, situándose en 19.77 unidades por billete verde. Esta cifra representa una pérdida del 0.38 por ciento con respecto al cierre previo, ubicando a la moneda nacional como la cuarta divisa más depreciada del mundo en lo que va del día, según datos de Bloomberg en Línea. El comportamiento del tipo de cambio ha generado inquietud tanto en los mercados financieros como entre ciudadanos que planean realizar operaciones en divisas.
A pesar de su desempeño volátil, el peso mexicano ha sido una de las monedas emergentes con mayor atractivo en los últimos años. Sin embargo, diversos factores internos y externos han comenzado a ejercer presión sobre su cotización, lo que podría generar nuevas fluctuaciones durante las próximas semanas. Entre ellos, destacan la desaceleración en la inversión productiva en el país y un contexto global marcado por tensiones comerciales e incertidumbre en los mercados.
Factores que afectan al peso
El debilitamiento de la moneda mexicana se explica en parte por la debilidad de la inversión fija bruta, es decir, la colocación de recursos en maquinaria, equipo y construcción. Esta variable, que es un reflejo directo de la confianza empresarial y de las expectativas económicas, ha mostrado poco dinamismo en los últimos meses.
Además, las fricciones comerciales a nivel global continúan influyendo negativamente en el comportamiento de muchas monedas emergentes, entre ellas el peso mexicano. Las tensiones geopolíticas, especialmente las relacionadas con la relación entre Estados Unidos y China, y los cambios en las políticas monetarias de las principales economías, siguen generando volatilidad en los mercados cambiarios internacionales.
De manera paralela, el índice del dólar estadounidense (DXY), que mide el valor del dólar frente a una canasta de monedas importantes, también se ha debilitado, cayendo 0.41 por ciento. Sin embargo, este retroceso del dólar no ha sido suficiente para apuntalar al peso, que sigue registrando una pérdida acumulada significativa.
Cotización en bancos mexicanos
Las variaciones en el mercado interbancario tienen un impacto directo en la cotización que ofrecen los bancos comerciales. En este contexto, las instituciones financieras en México reflejan diferentes precios para la compra y venta de dólares estadounidenses, con ligeras diferencias entre ellas. Así se cotizaba el dólar en algunos de los principales bancos mexicanos la mañana de este martes:
- Afirme: 18.60 pesos (compra) | 20.20 pesos (venta)
- Banco Azteca: 18.70 pesos (compra) | 20.05 pesos (venta)
- Banorte: 18.35 pesos (compra) | 19.95 pesos (venta)
- BBVA: 18.73 pesos (compra) | 19.87 pesos (venta)
- Banamex: 18.96 pesos (compra) | 20.05 pesos (venta)
- Inbursa: 19.00 pesos (compra) | 20.00 pesos (venta)
Estas diferencias obedecen a la política cambiaria de cada institución y a la dinámica de la oferta y la demanda en cada región. Para quienes planean realizar operaciones en divisa extranjera, como compra de bienes importados, pagos de servicios internacionales o viajes, es recomendable comparar entre bancos para obtener el mejor tipo de cambio.
Proyecciones para el tipo de cambio
Según especialistas del sector financiero, el tipo de cambio podría mantenerse en un rango amplio durante los próximos meses, con proyecciones que oscilan entre los 19.50 y los 21.00 pesos por dólar, dependiendo del comportamiento de los factores internos y del entorno internacional.
En un escenario optimista, donde mejoren los indicadores económicos nacionales y se reduzcan las tensiones globales, la moneda mexicana podría apreciarse hasta los 18.70 pesos por dólar. En cambio, si se intensifican los riesgos internacionales o se mantiene la debilidad en la inversión interna, podría depreciarse hasta alcanzar niveles de 23 pesos por dólar.
Analistas de Monex señalan que el desempeño de la moneda también dependerá de las decisiones de política monetaria que adopte el Banco de México en los próximos meses. La tasa de interés de referencia y las expectativas inflacionarias seguirán siendo elementos determinantes en la trayectoria del peso mexicano.
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