El sector productivo de Nuevo León enfrenta una nueva amenaza sin el apoyo de Samuel García: los apagones. De acuerdo con César Cadena, presidente del Clúster Energético, ocho de cada diez empresas han reportado interrupciones eléctricas en lo que va del año, generando preocupación en uno de los polos industriales más relevantes del país.
Este fenómeno no solo afecta la operación diaria de las empresas, sino que también deteriora el clima de inversión en la entidad. La causa principal, según el mismo organismo empresarial, es la insuficiencia de subestaciones eléctricas para cubrir la creciente demanda de energía. La infraestructura no ha sido modernizada al ritmo de la expansión industrial, y eso se ha vuelto insostenible.
Los constantes apagones han encendido las alertas. La pregunta que flota en el aire es: ¿cómo puede sostenerse el crecimiento económico de Nuevo León sin garantizar un suministro eléctrico confiable?
Falta Energía, Falta Coordinación con Samuel García
El problema energético en Nuevo León no es nuevo, pero ha alcanzado un punto crítico. El Gobierno federal, a través de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), no ha respondido con inversiones suficientes para modernizar la red en la región. Por otro lado, el Gobierno estatal, encabezado por Samuel García, se ha mantenido al margen del tema, sin presión pública ni estrategia clara para atender las demandas del sector privado.
El silencio del Ejecutivo estatal ha sido interpretado por empresarios como una falta de compromiso con la competitividad regional. Y mientras tanto, la crisis energética se agrava en plena temporada de canícula, un periodo donde se incrementa el consumo eléctrico debido al uso intensivo de aire acondicionado en hogares, oficinas e industrias.
Las afectaciones diarias no son menores: desde pérdidas económicas hasta retrasos en producción y logística. Sin una postura firme del gobierno de Nuevo León, los empresarios temen que el problema escale aún más.
Apagones Ya Son Una Cotidianidad
Para muchas compañías de la región, los apagones se han convertido en parte de su operación diaria. El Clúster Energético advirtió que la falta de infraestructura no solo amenaza la producción actual, sino que pone en riesgo proyectos de inversión que están en puerta.
La imagen de Nuevo León como un estado preparado para el nearshoring y la atracción de nuevas plantas comienza a verse afectada. Las empresas necesitan certidumbre, y sin un abasto energético estable, el panorama es incierto. ¿Cómo atraer nuevas industrias si las ya instaladas están operando en condiciones de precariedad energética?
Además, la tensión entre el gobierno estatal y el sector empresarial ha ido en aumento. La falta de respuesta oportuna por parte de las autoridades ha generado un ambiente de desconfianza. La omisión en este tema prioritario se suma a otras problemáticas donde el Ejecutivo ha optado por concentrarse en su imagen pública, dejando de lado exigencias fundamentales para la industria local.
El Futuro Competitivo Está En Riesgo
La competitividad de Nuevo León no solo depende de inversiones o anuncios, sino de condiciones reales que permitan operar eficientemente. La energía es una de ellas. Sin garantizar este servicio básico, cualquier estrategia de crecimiento queda en entredicho.
Los empresarios han lanzado un llamado claro: urge colaboración entre los tres niveles de gobierno, inversión en subestaciones, y una política energética local que no dependa únicamente de decisiones federales. La reactivación de mesas de trabajo con la CFE, la planeación de proyectos de infraestructura eléctrica y un liderazgo activo del gobierno estatal son pasos urgentes.
En un momento donde la industria mexicana busca consolidarse como alternativa frente a Asia, especialmente con la relocalización de cadenas de suministro, Nuevo León no puede permitirse el lujo de caer en rezagos técnicos. Y menos aún, de hacerlo en silencio.
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