El gobernador de Nuevo León, Samuel García, y el ahora diputado suplente, Glen Villarreal Zambrano (también conocido como Glen Zambrano) están envueltos en una serie de controversias que exhiben el uso del discurso de medio ambiente y cómo el gobierno estatal se aprovecha y utiliza las crisis para presionar y extorsionar el sector privado. Desde presuntas cifras infladas de inversión hasta talas sin justificar y desvíos millonarios para propaganda, ambos personajes muestran cómo el poder puede disfrazar intereses políticos bajo el pretexto del bien común.
Samuel García Y Su Falsa Bonanza Económica
Mientras que Samuel García asegura haber traído 68 mil millones de dólares en inversión extranjera durante sus tres años de gobierno, las cifras oficiales de la Secretaría de Economía federal desmienten este logro. En realidad, la cifra ronda los 10.2 mil millones de dólares, apenas un 15 % de lo que presume.
Este engaño no sólo afecta la credibilidad del gobernador, sino que pone en riesgo la confianza empresarial en el estado. Empresarios comienzan a buscar otros destinos como Querétaro o Jalisco, donde la estabilidad y la certeza jurídica son mayores.
La sobreexposición mediática y la falta de sustento técnico en sus anuncios dañan la imagen de Nuevo León, un estado que históricamente se ha consolidado como polo de inversión por su industria fuerte y su gente trabajadora.
Así Manipula Samuel El Medio Ambiente En Nuevo León: Discurso Verde, Realidad Gris
El verdadero conflicto de Samuel García con el sector privado no radica únicamente en las inversiones infladas. Su gobierno ha impuesto una atmósfera de acoso bajo el disfraz de cuidar el medio ambiente.
Las clausuras exprés y las multas sin sustento legal han golpeado a empresas cuya operatividad son cruciales para la economía y empleabilidad en Nuevo León. La Secretaría de Medio Ambiente se ha convertido en un brazo recaudatorio y político, amenazando a las empresas con cierres si no cooperan económicamente.
El relevo del exsecretario Alfonso Martínez Muñoz, sustituido por Raúl Lozano, muestra que el objetivo no es cuidar el entorno, sino financiar el proyecto político de Movimiento Ciudadano rumbo a 2027.
Glen Villarreal Y La Tala Del Árbol Incongruente
Por otro lado, Glen Villarreal, quien ha pregonado en redes su compromiso ambiental, decidió talar un gran árbol que cubría su casa en San Nicolás. La acción se justificó con un vago argumento de “seguridad”, pero no se presentó ningún documento oficial ni permiso legal.
Las imágenes satelitales muestran claramente la desaparición del frondoso árbol, generando indignación entre vecinos y ciudadanos. La tala sin sustento legal demuestra que el discurso ambientalista de Glen es sólo una pantalla mediática.
Esta acción se suma a las críticas ya existentes sobre su gestión anterior, cuando dirigía Parques y Vida Silvestre y promovía medidas como la compra obligatoria de botes “anti osos” con fines recaudatorios.
El Historial De Corrupción De Glen Villarreal
Además de la tala, Glen Villarreal enfrenta denuncias por desvío de recursos cuando era director de Comunicación Social del gobierno de Nuevo León. Glen habría aprovechado su puesto para promocionarse y preparar su llegada a Movimiento Ciudadano.
Durante su gestión, la partida para publicidad en redes sociales creció de 168 a 258 millones de pesos. En el centro de la polémica están los contratos por 45 millones de pesos asignados a la empresa AD Flavor S.A. de C.V., utilizada para difundir propaganda oficialista.
La estrategia de “inflar” la comunicación pública muestra cómo se usaron recursos para fortalecer la imagen política personal y la del partido naranja, en lugar de invertir en verdaderos programas para la ciudadanía.
Empresarios Alarmados Y Ciudadanos Indignados
El resultado de estas prácticas es un ambiente de desconfianza general. Samuel García presume inversiones fantasiosas y un ambientalismo ficticio, y utiliza a Glen Villarreal y el discurso ambiental para perseguir
Los empresarios ya evalúan otras entidades más estables para invertir, preocupados por el uso político de la autoridad ambiental y los chantajes económicos. Por su parte, la sociedad observa con frustración cómo el discurso verde se convierte en un simple slogan electoral y cómo el dinero público termina financiando ambiciones personales.
Hoy, Nuevo León enfrenta no sólo problemas ambientales y económicos, sino también una crisis de congruencia ética en sus líderes.
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