Las obras inconclusas de Agua y Drenaje se han convertido en un problema persistente para miles de habitantes del área metropolitana de Nuevo León. A pesar de que en 2024 el Congreso local autorizó a la paraestatal un crédito por más de 2 mil 184 millones de pesos, de los cuales 498 millones estaban destinados específicamente a reparaciones de alcantarillado y otras mejoras de infraestructura, la realidad en las calles cuenta otra historia: pozos abiertos, zanjas abandonadas y alcantarillas destapadas continúan siendo parte del paisaje urbano, afectando la movilidad y la seguridad de vecinos en al menos seis municipios.
Lo que debía ser un esfuerzo para modernizar el sistema y brindar mayor eficiencia se transformó en un nuevo capítulo de frustración ciudadana. La falta de avances visibles en las colonias afectadas ha generado dudas sobre el uso de los recursos, al tiempo que se incrementa la percepción de abandono por parte de las autoridades.
Calles Convertidas En Campos Minados
Uno de los principales reclamos en torno a las obras inconclusas de Agua y Drenaje es la manera en que estas han convertido diversas vialidades en auténticos “campos minados”. Tan solo en Monterrey, autoridades municipales reportaron este año más de 200 quejas de trabajos sin concluir. Colonias como Mitras Centro, Más Palomas, Moctezuma, Fomerrey 116, Lagos del Bosque y La Moderna acumulan zanjas y excavaciones abiertas desde hace meses, muchas de ellas sin señalamientos adecuados, lo que incrementa el riesgo de accidentes.
En la Colonia La Florida, por ejemplo, permanece desde hace más de un mes una zanja de tres metros de profundidad frente a la secundaria Jesús Cantú Leal. Vecinos como Héctor Sosa expresan su preocupación por la posibilidad de que los estudiantes sufran un percance, dado que el área quedó abandonada sin medidas de seguridad.
Casos similares se replican en otros municipios. En la avenida Prolongación Rómulo Garza, en San Nicolás, los automovilistas deben sortear cuatro obras inconclusas en un tramo de apenas 200 metros, además de convivir con una alcantarilla abierta y dos fugas de aguas negras que generan malos olores y riesgo sanitario.
Vecinos Denuncian Falta De Atención
La inconformidad de los ciudadanos respecto a las obras inconclusas de Agua y Drenaje se multiplica en distintos puntos del área metropolitana. En San Nicolás, un reporte municipal contabiliza más de 150 denuncias relacionadas con pozos abiertos, fugas y alcantarillas sin tapa.
Michele Hinojosa, vecina de la Colonia Francisco G. Sada, recordó que al iniciar una reparación los trabajadores de AyD le dañaron la llave de agua y dejaron la obra a medias durante meses, lo que ocasionó hundimientos en la zona. La historia refleja el sentir de decenas de familias que ven cómo los trabajos comienzan, pero no se concluyen, obligándolos a convivir con montañas de tierra, polvo y filtraciones.
En Guadalupe, la Colonia Adolfo Prieto suma más de un año con tres pozos abiertos por AyD que nunca fueron cerrados. El abandono ha sido tal que la humedad provocó el crecimiento de plantas dentro de las excavaciones, un símbolo del olvido que padecen los habitantes.
En Santa Catarina, los vecinos reportaron que colonias como 27 de Mayo, Rincón de las Palmas, Privadas de Santa Catarina, San Gilberto, Bosques de la Huasteca, Montenegro, Lázaro Cárdenas, Santa Catalina Prados del Rey y Santa Martha presentan problemas similares: calles con zanjas abiertas, pozos sin sellar y tuberías expuestas.
En Escobedo, la Colonia Monterreal concentra varios puntos de riesgo, mientras que en Apodaca los sectores más afectados incluyen Santa Fe, Pueblo Nuevo, Paseo de Las Flores, Golondrinas, Lomas del Pedregal y Real de Apodaca.
Aumenta el tiradero de trabajos de AyD – Vía @elnorte https://t.co/5IpcJIyWYr
— 🌺 (@MaryluFlores8) September 1, 2025
Recursos Sin Resultados Claros
Uno de los aspectos que más genera cuestionamientos es la administración de los recursos autorizados para resolver estas obras inconclusas de Agua y Drenaje. El crédito aprobado por el Congreso, que asciende a más de 2 mil millones de pesos, fue anunciado como una herramienta para atender los rezagos, sin embargo, los resultados no son palpables en las colonias afectadas.
De los casi 500 millones destinados a reparaciones específicas, no hay evidencias claras de avances proporcionales al monto asignado. Esta situación ha encendido las alarmas entre legisladores y ciudadanos, quienes exigen explicaciones detalladas sobre el destino de los fondos y reclaman que se transparente el manejo financiero de la paraestatal.
El panorama también ha puesto en entredicho la gestión del titular de AyD, Juan Ignacio Barragán, quien enfrenta fuertes críticas por los pocos resultados obtenidos pese a los millonarios recursos que se le han otorgado. Su permanencia en el cargo ha sido cuestionada incluso en el Congreso local, donde se han planteado comparecencias para aclarar el uso de los recursos.
Riesgos Y Consecuencias Cotidianas
Más allá de las cifras y de los recursos económicos, las obras inconclusas de Agua y Drenaje tienen un impacto directo en la vida cotidiana de miles de personas. Las calles convertidas en obstáculos ponen en riesgo a automovilistas, peatones y estudiantes. Las fugas de aguas negras generan malos olores, contaminación y posibles problemas de salud pública.
Los vecinos coinciden en que la falta de mantenimiento y de respuesta oportuna por parte de AyD ha deteriorado la calidad de vida en las colonias. La sensación generalizada es que los recursos no se reflejan en mejoras concretas, lo que incrementa la desconfianza hacia las autoridades.
Para los habitantes de la zona metropolitana, cada pozo sin tapar o zanja abandonada es un recordatorio de que los problemas persisten y de que las soluciones siguen pendientes. El reto para Agua y Drenaje no solo consiste en concluir los trabajos atrasados, sino en recuperar la credibilidad de una ciudadanía que ya no confía en sus promesas.
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