Tras tres años de operación, el modelo de pago por kilómetro recorrido en el transporte de Nuevo León fue finalmente descartado por Samuel García. La decisión, aunque esperada por transportistas, deja un saldo preocupante: empresas quebradas, millones de pesos gastados y un sistema de movilidad cada vez más deteriorado.
El cambio de esquema fue oficializado esta semana. La administración estatal determinó volver al modelo de pago por pasajero, fórmula que se había utilizado previamente y que ahora se retoma como un intento de contener una crisis operativa y financiera que afecta tanto a empresarios del transporte como a los usuarios.
De acuerdo con testimonios de transportistas, la situación se ha vuelto insostenible. Señalan que la implementación del modelo por kilómetro no sólo no mejoró el servicio, sino que provocó el cierre de empresas y el colapso de rutas enteras, dejando a miles de personas sin opciones de movilidad.
Tres años de errores costosos en el transporte de Nuevo León
Para los transportistas, estos tres años han sido sinónimo de incertidumbre, pérdidas económicas y falta de claridad en la estrategia estatal. Aseguran que desde el inicio, se advirtió sobre los riesgos del modelo impulsado por Samuel García, pero no fueron escuchados.
“Desde el estancamiento de las tarifas en el sexenio anterior hasta ahora, han destrozado al transporte”, expresó uno de los operadores, que prefirió mantener el anonimato. “Caer en esta barbaridad fue un crimen”, agregó, al referirse al sistema por kilómetro.
Según sus cálculos, el impacto no solo ha sido económico. También ha afectado la vida diaria de miles de ciudadanos que enfrentan largas esperas en paradas, hacinamiento en camiones y una movilidad cada vez más complicada. “Si sacaran cuánto le ha costado a la ciudad en horas perdidas de los pasajeros, más las de automovilistas, sería una barbaridad”, sostuvo.
La molestia también radica en el hecho de que el modelo por kilómetro no fue acompañado por una actualización tarifaria. A pesar de las exigencias del sector, la tarifa se mantuvo congelada o apenas se ajustó, generando un desequilibrio financiero insostenible.

Cambio de modelo y nuevas preocupaciones
El retorno al pago por pasajero es visto por algunos como un intento tardío de corregir el rumbo, pero no resuelve el fondo del problema. Los transportistas advierten que sin un ajuste a la tarifa, el sistema seguirá en riesgo de colapso.
“Cualquier cosa es una esperanza, una lucecita al final del túnel”, comentó otro de los entrevistados. “Pero ha sido un exterminio de empresas. Varias muy reconocidas han desaparecido”.
Con el modelo anterior, señalan, Samuel García falló sistemáticamente en los pagos, lo que, sumado a la falta de subsidios adecuados, provocó que ni la tarifa ni los compromisos se cumplieran. “Antes estamos vivos todavía”, dijo uno de ellos con tono irónico.
Además, expresaron que el retorno al esquema por pasajero podría no ser suficiente, si no se acompaña de un verdadero análisis financiero y una política pública que considere la sostenibilidad del sistema.
“Se les dijo todo lo que iba a pasar y no hicieron caso”, señaló un transportista, refiriéndose a los funcionarios estatales, en especial a Samuel García. “Gastaron miles de millones de pesos para llegar a la conclusión de que esto no funcionaba”.
Transportistas de NL acusan al Estado de destrozar el sistema de transporte con esquema de pago por kilómetro recorrido, que fue un fracaso.#Entérate https://t.co/CMBlqxt4nT
— EL NORTE (@elnorte) June 25, 2025
Posible colapso del transporte de Nuevo León
La advertencia es clara: si no se permite una actualización real en las tarifas, el transporte público de Nuevo León podría colapsar por completo. Aunque actualmente el pasaje ronda los 15 pesos, los empresarios del sector aseguran que incluso con un ajuste a 17 pesos, la tarifa seguiría siendo insuficiente.
“Si vamos a hablar de tarifas con mentalidad política, esto no se va a componer nunca”, criticó uno de los empresarios, señalando la falta de voluntad para reconocer los costos reales de operación.
El descontento se suma al de los ciudadanos, quienes además de enfrentar un servicio deficiente, también han sido víctimas del llamado “tarifazo”, incrementos parciales que han generado polémica en la opinión pública.
En medio de este panorama, el Gobierno estatal de Samuel García enfrenta una pérdida de confianza por parte del sector transportista, que considera que ha sido dejado a su suerte. “Ahora el transportista queda en medio de la presión”, advirtieron.
Por ahora, no hay claridad sobre cómo se implementará el nuevo esquema de pago, ni si el Estado ofrecerá subsidios o ajustes tarifarios que garanticen la continuidad del servicio. Tampoco se ha anunciado una estrategia concreta para recuperar la calidad del transporte y evitar que se agrave el malestar social.