El calor en Monterrey tiene una nueva jornada. Este lunes 21 de julio, la ciudad amaneció con un cielo despejado y un ambiente fresco que poco duró. Desde muy temprano, el ascenso térmico fue notorio, y se espera que el calor alcance niveles extremos durante la tarde. La temperatura máxima podría llegar hasta los 37 grados centígrados, acompañada de una sensación térmica aún más elevada debido a los niveles de humedad que persisten en la atmósfera.
Este panorama se enmarca dentro de un patrón climático que ha mantenido condiciones calurosas y secas durante los últimos días. A pesar del arranque ligeramente fresco, con valores mínimos cercanos a los 24 °C al amanecer, el clima rápidamente se tornó más agresivo para el cuerpo humano, especialmente en exteriores y zonas sin sombra. No se esperan lluvias en ningún momento del día, y las autoridades ya han emitido una serie de recomendaciones para la ciudadanía.
El calor en Monterrey no no solo pone a prueba la resistencia de las personas, sino que también afecta la movilidad, las actividades al aire libre, el consumo de agua, y puede representar un riesgo para grupos vulnerables como adultos mayores, niños y personas con enfermedades crónicas. Las recomendaciones oficiales son claras: hidratarse constantemente, evitar la exposición prolongada al sol y vestir ropa adecuada.
Extremo calor en Monterrey
En horas vespertinas, los termómetros podrían marcar hasta 37 °C, pero lo que realmente podría impactar a la población es la sensación térmica, que se prevé mucho más alta por la humedad ambiental. Este fenómeno no solo incrementa la percepción del calor, sino que también dificulta la disipación del sudor, lo que puede derivar en golpes de calor o deshidratación si no se toman las medidas adecuadas.
El ambiente sofocante que caracteriza al verano en Monterrey vuelve a hacerse presente con fuerza. Las condiciones del cielo continuarán siendo estables, sin presencia de nubes densas, lo que contribuye a la entrada directa de radiación solar durante varias horas del día. Este panorama será constante al menos durante los próximos días, según lo proyectan los modelos meteorológicos actuales.
Además del calor y la humedad, también se esperan vientos moderados, con ráfagas que podrían alcanzar velocidades de entre 40 y 45 kilómetros por hora. Aunque estos vientos podrían traer un alivio momentáneo, no serán suficientes para mitigar por completo los efectos del intenso calor.
Jornada sin lluvias ni nublados
La posibilidad de lluvia es nula, con un 0 % de probabilidad a lo largo de este lunes. Las condiciones atmosféricas no favorecen la formación de nubosidad suficiente para provocar chubascos o tormentas. La estabilidad del sistema climático regional, sumada a la baja humedad en niveles altos de la atmósfera, asegura un día completamente seco.
Este escenario agrava la sensación térmica en la superficie y hace que las actividades al aire libre deban ser limitadas o adaptadas para evitar riesgos. En consecuencia, tanto el sector salud como Protección Civil reiteraron la importancia de seguir recomendaciones básicas para evitar afectaciones a la salud pública, sobre todo en escuelas, obras, centros recreativos y deportivos.
Entre las medidas sugeridas para el calor en Monterrey están: mantenerse bien hidratado, preferir la sombra sobre la exposición directa al sol, usar bloqueador solar, ropa clara y ligera, así como proteger la cabeza con sombrero o gorra. También se recomienda evitar realizar ejercicio físico intenso en exteriores durante las horas de mayor temperatura, que suelen ser entre las 13:00 y 17:00 horas.
Noche cálida y húmeda en la ciudad
Aunque la noche traerá un descenso moderado en la temperatura, se espera que el ambiente siga siendo cálido y húmedo, lo cual podría dificultar el descanso para algunas personas. Las temperaturas mínimas nocturnas rondarán los 25 grados centígrados, por lo que se anticipa un clima bochornoso incluso después de la puesta del sol.
El cielo continuará despejado en el transcurso de la noche, sin cambios significativos en las condiciones generales del clima. En zonas urbanas con mayor acumulación de concreto y tráfico, el efecto de “isla de calor” podría intensificarse, haciendo que la temperatura real y la percibida tarden más en bajar.
Esta situación exige precaución adicional en viviendas con poca ventilación o sin acceso a sistemas de enfriamiento. Se recomienda dormir en habitaciones frescas, mantener ventanas abiertas donde sea seguro y posible, y consumir líquidos incluso durante la noche para evitar los efectos acumulativos de la deshidratación.